Testimonio Maria Camila Valbuena: Trabajando mi autoestima
- Carolina Colmenares Pazos
- 21 jul 2020
- 4 Min. de lectura
Tengo el gran honor y el gusto de publicar este artículo escrito por Maria Camila Valbuena, quien ha sido consultante mía desde mayo 2020. Con Cami hemos trabajado principalmente en el desarrollo de su autoestima, en sanar el auto-concepto y la imagen que se tiene de sí misma. Este artículo nos muestra su hermoso proceso. - Carolina Colmenares Pazos
Cuando comprendí que el universo te da lo que es necesario para tu proceso de aprendizaje, entonces supe que no tenía que paralizarme como lo hizo el mundo, sino tenía que avanzar para lograr transformarme. De un día para otro, se acabó el ocio y la distracción. Todos tuvimos que quedarnos en casa, cuidando de cada uno de nosotros y de los nuestros. Sin embargo, eso solo era el comienzo. Me sentí más sola y aterrada que nunca; y no por el hecho de que tuviera que alejarme de otras personas conservando distancias físicas... es solo que, cuando fui absorta de la rutina en la que se encasillaba mi día, no supe quién era aquella chica que se vislumbraba cada vez que se veía al espejo.
Cómo muy seguramente es natural, lo primero que comencé a hacer fue atacarla, juzgarla y criticarla sin siquiera conocerla. Por mi mente no quedaba otra cosa que hacerla sentir culpable de lo que no salía como yo quería o esperaba. Estaba molesta porque era contradictoria, se sumergía en una profunda melancolía por no ser lo suficientemente “diferente”, cuando en realidad esta chica solo estaba tratando de ser ella misma.
Me sentía impotente, vi que no tenía a nadie a mi alrededor más que a mis padres. Inmediatamente quise ser alguien más, quise cambiar todo en mi porque sentía que estaba mal en cada aspecto de mi vida. Sentí que me había limitado, no viví algunas experiencias porque nunca faltaba la oportunidad para limitarme y auto sabotearme. Aquella sensación de odio se incrementaba no solo cuando veía dentro de mi ser, se acrecentó al ver que mi rostro presentaba brotes de acné, mi piel gritaba a los cuatro vientos cuán irritada estaba, cuanta ira represada había dentro de mí.
En aquel momento supe que tenía que hacer algo por y para mí. Tengo la fortuna de contar con dos padres increíbles que escuchan mis problemas y reclamos, pero eso llegó al punto de no ser suficiente. Yo necesitaba ayuda profesional, deseaba que alguien me sacara de ese profundo agujero al que yo misma me lanzaba... fue entonces cuando encontré a Caro y vi en esta joven, pero sabia mujer, no solo alguien que escuchara mis problemas, sino también una persona que me ayudaría a encontrar soluciones. Alguien a quien no solamente veo cómo mi psicóloga, sino cómo mi guía espiritual y una gran consejera.
Iniciar el proceso de por sí no fue fácil para mí. No soy el tipo de persona que le gusta compartir sus detalles íntimos, inseguridades o problemas. Sin embargo, Caro me hizo sentir la tranquilidad de hacerlo, me hizo saber que tenía que abrirme para encontrar la raíz de mi problema. En el camino, me ha hecho cuestionarme... me ha permitido encontrar las respuestas y soluciones en mí. Caro me propuso un reto arduo, pero súper vital al mismo tiempo: conocerme a mí misma, amarme a mí misma con el fin de mejorar la autoestima que durante tantos años YO Y NADIE MÁS QUE YO me había encargado de destruir.
Comencé a verme con otros ojos. Unos llenos de compresión, respeto y amabilidad para mí misma. Vi mi reflejo y quise hacer las paces. Estaba en guerra dentro de mí, en una autodestrucción sin sentido alguno. Comencé a manejar mis pensamientos y a reconocer mis emociones. No sabía lo que yo podía ser, no reconocía mis deseos o necesidades. Hasta que me escuché, comencé a comprender que esa voz que hablaba, resultó ser mi consciencia.
Me liberé a mi misma del régimen que me gustaba imponerme como el ser perfeccionista que puedo llegar a ser. A partir de un momento escuché solo cosas positivas y lindas para mí. Aún siendo tímida por el brote que se presenta ocasionalmente en mi rostro, sentí que esa era yo. Yo soy todo aquello y mucho más, lo visible y lo no visible, lo audible y lo que no, lo temporal y lo eterno.
Me gustó esa sensación de paz y tranquilidad que yo misma me estaba brindando. Sabía que algún día tenía que llegar ese momento, ese en el que ya no me sintiera sola cuando estoy en privacidad conmigo misma. Me estoy conociendo poco a poco. Me cae bien la chica que veo al espejo. Aprendí a agradecer, a que si llega un pensamiento negativo a mi mente, pues muy sencillo, ¡lo cambio por diez positivos! Y lo mejor de todo, el saber que me tengo, que cuento conmigo misma.
A veces puedo recaer, pero entonces recuerdo todas las herramientas y aprendizajes que he adquirido a lo largo de este camino. Querernos a nosotros mismos es la prueba de amor más difícil, pero sin duda alguna la que más vale la pena. Actualmente, sigo realizando esa ardua labor con la fe de que luego ya no será un proceso mental sino uno natural. Amarme a mi misma es la forma de enseñarme cuán querida y valorada debo ser por mi misma, y a su vez, de enseñarle a otros la manera en la que me gusta sentirme apreciada. Siempre he pensado que, al final del día solo nos tendremos a nosotros mismos, y espero que nunca más me vaya a dormir sintiéndome ajena a mi misma.

Comments